UN ADIOS

SONY DSCLa semana pasada, acompañé a mi hijo de 16 años en un momento muy difícil para él. Tuvo que despedirse para siempre de su profesora de violín, una persona joven que no pudo ganarle el pulso a la enfermedad que padecía.
Aunque la pérdida, el duelo y en especial la muerte son temas que , en general tendemos a evitar, pienso que es importante aprovechar el momento para hacer algunas reflexiones.
La muerte de un ser querido es una de las situaciones más duras que tiene que enfrentar un ser humano. El duelo no es una enfermedad. La enfermedad sería no hacerlo.  El duelo es doloroso, y no podemos hacer nada para evitarlo. No hay atajos, no hay una pócima mágica. El dolor es el precio que pagamos por crear lazos estrechos y amar a otras personas.

Pasar por un proceso de duelo significa atravesar la experiencia de dolor que implica:

–       Aceptar la pérdida: sea del tipo que sea. Y esta aceptación tiene que hacerse a nivel racional pero también emocional.

–       Liberar nuestras emociones: con toda la intensidad que nos venga.

–       Situar a la persona o situación perdida en un espacio de mi recuerdo: en esta fase podríamos comenzar a decir que empezamos a superarlo. La emoción continua estando allí pero el dolor no será tan punzante como al principio

–       Ser capaz de reorganizar el ambiente interno y externo para resituarse.

Generalmente hablamos de fases dentro del proceso de duelo

1. Negación
La primera reacción de una persona que sufre una pérdida  es levantar sus primeros mecanismos de defensa para postergar, aunque sea un poco, el impacto de la agresión que la noticia necesariamente implica. Se trata de un mecanismo de defensa.

La negación es un mecanismos de defensa que nos acompañaba a lo largo de toda nuestra vida y ante la noticia de

 2. Ira
La negación es sustituida por la rabia, la envidia y el resentimiento; surgen todos los por qué. Es una fase difícil de afrontar para  todos los que los rodean; esto se debe a que la ira se desplaza en todas direcciones, aún injustamente.

3. Negociación
Esta Fase del Duelo refiere a la persona al pensamiento mágico más primitivo.
La negociación es una nueva conducta defensiva que trata de evitar lo inaceptable; un canje que pretende restitución a cambio de buena conducta. La gran mayoría de estos pactos son secretos y sólo quienes los hacen tienen conciencia de ello.

4. Depresión
Finalmente todos los pasos anteriores se agotan y fracasan en el intento de alejarnos de la realidad.
La depresión suele aparece con sentimientos de angustia e ideas circulares y negativas. La depresión es la fase del duelo donde más se atascan las personas.

 5. Aceptación
Llegar aquí requiere que la persona haya tenido el acompañamiento y el tiempo necesarios para superar las fases anteriores. La aceptación solamente aparece cuando la persona ha podido elaborar su ansiedad y su cólera, ha resuelto sus asuntos incompletos y ha podido abandonar la postura auto discapacitada ante la depresión.

Sea como fuere y más allá de cuanto se tardó en llegar hasta aquí y cuanto esfuerzo haya demandado, a esta etapa se llega casi siempre muy débil y cansado. Esto se debe al esfuerzo de renunciar a una realidad que ya no es posible.

Así pues, ante la pérdida de un ser querido no podemos, ni tan siquiera hemos de intentar, evitar  ninguna de las fases anteriores, debemos  vivirlas con la intensidad que sea necesario, pero con la suficiente entereza para no quedarse «encallado» en ninguna de ellas.

 

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